Me encanta las batallas épicas donde los aventureros afrontan en sus viajes improvisados todo tipo de imprevistos y me encantan los finales felices aunque eso en las aventuras reales no siempre pasa, pero por todo esto, cuando una amiga me recomendó Tres años a través del Ártico recomendado a su vez por otra amiga a ella, tardé segundos en buscar por internet de qué iba esta locura. Locura sí, porque ya empecé a leer que cuatro inexpertos se iban de expedición al Ártico.
Tengo que decir que leer un libro de un gran alpinista, montañero, viajero o aventurero reconocido por todos te garantiza un contenido atractivo, te promete soñar despierta mientras te esparramas en la calidez de tu hogar y te hace sentir heroína o héroe por momentos pero leer las aventuras de alguien de “carne y hueso”, de unos amateurs despistados como en Tres años a través del Ártico, es mantener el corazón en un puño como si esperaras constantemente que algo fuera a salir mal, este acercamiento de los que sueñan fuerte con el lector es un acto entrañable que se vive en Tres años a través del Ártico.
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Tres Años a Través del Ártico de Ramón Hernando de Larramendi
Después de reflexionar en mis párrafos anteriores sería elegante por mi parte explicar que he leído. ¿De qué va Tres años a través del Ártico? Resumiendo de manera genérica tengo que decir de esta narración que Ramón Hernando de Larramendi, el autor de este libro de aventura junto con sus tres compañeros de fatigas Antonio Martínez, Rafael Peche Acosta y Manuel Olivera Marañón se comprometen a un largo viaje en el mes de febrero de 1990 para recorrer 14.000 km durante 3 años (la ruta polar recorrida de esta manera más larga de la historia), una expedición por el Ártico que empezaría de una manera y acabaría cambiando a sus protagonistas para siempre.
En Tres años a través del Ártico, los cuatro protagonistas, se dedicaron a buscar los límites físicos y mentales en una naturaleza hostil para el ser humano utilizando medios tradicionales para progresar por el hielo y la nieve de esta tierra en su caso desde Groenlandia hasta Alaska pasando por Canadá.
Esta lectura promete una historia sobrecogedora con dosis importantes de angustia, dolor pero también de felicidad, cuatro jóvenes dispuestos a explorar el planeta como los antiguos moradores de este mundo.
Por otro lado, me gusta que cada capítulo esté escrito por uno de ellos porque aporta distintas visiones ante una misma situación y seguramente el lector comprendamos esta complicada historia.
Soñar en serio nunca fue fácil
Somos soñadores pero pocas veces soñamos en serio, nos gustaría pero al final el deber, la incertidumbre o incluso la cobardía nos impide dar ese paso que siempre soñamos con dar, pocos son los que sueñas en serio y cumplen aquello que quieren conseguir. Los protagonistas de Tres años a través del Ártico son de esas personas insistente con sus sueños.
Tres años a través del Ártico es un libro o “novela de aventuras” que me atrajo desde el primer momento porque me gusta la gente que son determinantes con sus sueños, me gusta los valientes que se atreven ya que el resto estamos cómodamente viviendo los sueños en nuestros pensamientos, tomando cero riesgos pero perdiendo mucho.
Estos cuatro jóvenes me caen simpáticos y me gusta este libro no solo porque sean consecuentes con sus ideas sino por el contenido y la narración de Tres años a través del Ártico.
El líder de la expedición, Moncho
Moncho o Ramón Hernando de Larramendi es dé quién surge la locura de cruzar Groenlandia con métodos tradicionales, acompañado de manera intermitente por Rafa, Manolo y Antonio fraguan una bonita y casi romántica historia al estilo de las novelas de Julio Verne.
Por internet, vais a encontrar mucha información sobre Ramón Hernando de Larramendi pero me veo en la obligación moral de deciros que el líder de la expedición es uno de los mayores exploradores polares de la historia y de bien seguro el mejor del estado Español, su larga experiencia en este tipo de aventuras lo avalan con creces.
Me gusta destacar que Moncho o Ramón también es el inventor de un trineo que se impulsa con el viento, no será antropólogo pero seguro que es uno de los mayores conocedores de la cultura y sociedad esquimal, esto le ha llevado a escribir varios libros sobre este pueblo.
Ramón Hernando de Larramendi junto con sus compañeros Antonio Martínez (ingeniero industrial), Manuel Olivera Marañón (ingeniero industrial) y Rafael Peche Acosta (fotógrafo y operador de cámara) reconocen que la aventura vivida en Tres años a Través del Ártico será la mayor de sus vidas y la que además se las cambió.
Puedes encontrar Tres años a través del Ártico y adquirirlo en Varasek Ediciones.
