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Día 4. DE HUESCA A SARSAMACUELLO
Huesca – Bolea – Sarsamacuello 39 km
El 4 día sería quizás el más duro o de los más duro por problemas con la bici y con el camino, añadiéndoles que la zona por la que pasaba empezaba a ser bastante deshabitada y los recursos limitados, pero la suerte al final cayó de mi lado y salvé el día lo mejor que pude aunque haciendo pocos kilómetros y perdiendo lo avanzado en días anteriores, pero la gracia de cualquier aventura es a veces los improvistos y las sorpresas con las que te vas topando.
Datos básicos
Ruta que transcurre entre Huesca y Sarsamacuello por el Camino Catalán de San Juan de la Peña.
Distancia: 39 km
Desnivel positivo: 700 m
Tiempo en movimiento: 3 h 21 m
Este día es un claro ejemplo del que el tiempo en movimiento no corresponde con el empleado, tuve que estar mucho tiempo parada con los problemas mecánicos pero además los tramos donde anduve y empujé la bicicleta (que vas casi parada) el GPS no los detecta ni cómo movimiento pero la realidad es que empecé a las 8 h y acabé a las 16 h aproximadamente, y agotada tanto físicamente cómo psicológicamente.
Huesca – Bolea 23 km
Tras descansar en un albergue espectacular me levanto con energía renovada buscando un sitio dónde desayunar y tomar un café caliente, la salida de Huesca me cuesta horrores estoy como casi 30 minutos dando vueltas buscando las marcas amarillas que me lleven a la salida, al final unos amables ciudadanos me ayudan y consigo dar pedales con ciertas alegría.
Empiezo recorriendo pistas dónde el amanecer empieza a calentarme con su sol mis espaldas, estos primeros día camino hacia el Oeste así que siempre me dará por la espalda y se agradecerá (a la vuelta me dará en la cara y será mucho más incómodo), pequeños canales, gente caminando y alguna pequeña población me van entreteniendo. Avanzo por una zona de árboles muy distraída embelesada por este nuevo escenario, carrascales quizás y de repente, se desvanece el disfrute para pasar al problema, ¡he vuelto a pinchar!, no me lo puedo creer y me pregunta porqué no llevo las ruedas tubelizadas, a veces parezco nueva. Cuando estoy arreglando de nuevo mi rueda trasera aparece un ciclista, Raúl, que se quedará conmigo y me echará un cable tanto moral como un ayuda con el pinchazo. Después Raúl me acompañará un rato y me dará algún consejo sobre los tramos que el conoce aunque no sabe muy bien lo que me espera.
Sigo rodando, pero noto que la rueda trasera va perdiendo presión, detecto que es ahora la válvula que estar mal y pierde aire, es una locura ¡no llegaré nunca! voy inflando de tanto en tanto y al final recuerdo que puse en mi kid de herramientas unos alicates, así que los utilizo, apretó la válvula y funciona bien ya no pierde aire, ¡bravo!. Tras solucionar el problema con la válvula empiezo a disfrutar de soledad del camino, del paisaje desolador pero a su vez encantador c on algo de viento racheado que a veces me molesta aunque levemente. Antes de llegar a Bolea encuentro una peregrina italiana que va con su perro y que me comenta que no puede dormir en ningún sitio porque no le dejan entrar el perro, así que lleva una tienda y va buscando donde plantarla, es una mujer con una historia interesante lleva muchos días de aventura y todavía no sabe ni dónde ni cuando la acabará. La dejo y continuo hasta Bolea, un poco antes de llegar al centro del pueblo encuentro una fuente y una manguera, y decido con permiso de un habitante del pueblo lavar mi bici y acabar de ajustar la válvula, esta persona amablemente se ofrece a darme comida pero le comento que tengo prisa así que me ofrece 2 tomates y un pimiento, que aunque no os lo creáis me irían muy bien en el futuro.
Acabo el primer tramo del día, que es una etapa a pie para el peregrino, pero no voy demasiado bien de tiempo y estoy agotada no tanto físicamente como con los problemas de la rueda, pero parece que ya lo tengo solucionado así que vuelvo a animarme para dar pedales y hacer otra etapa más, me queda pasar cerca del Castillo de Loarre que es muy bonito.
Catedral de Huesca, tardo casi 1 hora para salir de esta ciudad, me desoriento de mala manera
Al final queda algo de amanecer aunque el sol ya está fuerte
A los 10 km pincho por primera vez en el día, por segunda vez en mi aventura, Raúl un ciclista de Huesca me ayuda
A la entrada de Bolea un hombre me da tomates y pimientos para comer, no son muy energéticos pero están buenos y luego me irán muy bien
Bolea – Sarsamacuello 16 km
En este tramo, empieza uno de mis dramas del camino. La salida de Bolea no tiene mayor complicación, el paisaje es entretenido con grandes vistas de montañas y campos de cultivo, en alguna de estas subidas me toca empujar y es agotador, porque además el sol calienta con ganas y no hay protección natural, pero voy progresando aunque lentamente, antes de ir y llegar a Aniés dejaremos la vista a nuestra derecha (y el desvío) del precioso y espectacular Castillo de Loarre. Tras bajar una pista forestal y una carretera llegamos sin mayor problema a Aniés.
A la salida de Aniés hago una parada para ponerme crema solar, el sol “pica” y hay que protegerse, tomo la carretera a la derecha y luego otro desvío a la derecha para subir y bajar por una pista forestal hasta acabar tomando un bonito y estrecho sendero hacia la izquierda marcado con un mojón de piedras y las marcas amarillas del Camino de Santiago. Será bonito pero me da “mala espina” no me apetece nada encontrarme con dificultades técnicas después del día que llevo (pinchazos, problemas con la válvula, empujar la bici…) pero no he visto ninguna variante para bicicletas así que me lanzo al sendero. Se me cruza una serpiente, pero esto no parece raro ya que es la hora de más calor y en media montaña ya suelen verse. El sendero es llano y algo técnico pero voy más o menos progresando aunque tengo que tener cuidado de no golpear el cambio con alguna de las piedras, no me puedo permitir tener una avería grave en “medio de la nada” o entre pueblos dónde no voy a conseguir asistencia mecánica fácilmente. Cuando llevo unos minutos el sendero se desvía hacia la derecha y se convierte en una fuerte trialera de subida. ¡Nooooooooo! me entra el pánico, es imposible que pueda subir eso con la bici cargada, con las alforjas, además hay zarzas a ambos lados que cubren también el sendero agrietado y roto, no puede ser, pero es. Así que aunque creo que voy a pinchar pero no me queda otra que intentar pasar por allí es tarde para dar la vueltay buscar otras opciones. Voy empujando con mucho trabajo la bici, he intento levantar las ruedas en la medida que puedo para no pisar los pinchos de las zarzas pero al final pasa lo inevitable y acabo pinchando de nuevo la rueda trasera. Me parece intuir que la trialera acaba en una pista forestal así que aprieto los dientes y empujo unos metros más la bicicleta para salir de la trialera y poder arreglarla en la pista forestal que aunque hace subida trabajaré mucho más cómoda. Estoy cansada de quitar y poner alforjas (las llevo muy bien colocada con bridas y pulpos para que no se muevan en estos caminos difíciles) así que decido sacar herramientas, cámara y le doy la vuelta a la bicicleta con alforjas incluidas. La operación de arreglar el pinchazo me lleva un pero al final lo consigo. Estoy agotada porque he empujado muchos kilos y porque llevo un rato en el sol, no como desde hace horas y psicológicamente se me está haciendo duro. Son pasadas las 15 h y solo quiero llegar a Sarsamacuello. En 1 hora o menos ya estoy. Contacto con la hospitalera que me da las llaves y me explica lo básico. Decido quedarme aquí ya que la etapa que viene ahora no sé si será ciclable o no y nadie en el pueblo sabe decirme nada. La hospitalera me comenta que su marido es ciclista y que seguramente sabrá decirme cómo están los caminos para ir en bicicleta. Esta persona, Antonio, será fundamental en el éxito de mis vacaciones y que consiga cumplir objetivos. Mientras me instalo en el pequeño albergue sola, aparece un peregrino, con el que compartiré tarde de conversación y cena en la que nos explicaremos nuestras experiencias, todo un lujo para mí encontrarme con quién compartir conversación, esta siendo un camino muy solitario.
Cruce para ir al Catillo de Loarre, acababa de subir por una pista empujando la bici por estar rota, por dar el sol por tener desnivel
Detalle del cártel con las direcciones
Solucionados los problemas mecánicos, llega otro pinchazo que al final me hará parar acertadamente en Sarsamacuello
En el albergue de Sarsamacuello no hay nadie (luego llegará un peregrino) y no tengo nada de comer, un pimiento, barritas energéticas y geles. El bar del pueblo no es seguro que lo abran porque está enferma la propietaria, finalmente si que lo abrieron y me acompañó a cenar un peregrino que llegó más tarde.
Alojamiento
Albergue municipal de Sarsamacuello (618 614 669, Antonio), hay que llamar por teléfono.. Está bien equipado con cocina y varias camas. Coste: 5 euros. Para alojarse tienes que contactar con el hospitalero porque no está abierto.
Descárgate el track
El track está grabado con el Garmin Edge 520 pero el track no está limpio, a la salida y llegada de los sitio puede haber alguna vuelta de más.
Descárgaté el track de esta etapa cliclando Aquí: CAMINO CATALÁN POR SAN JUAN DE LA PEÑA. Dia 4. Huesca – Sarsamarcuello.gpx
